El número quince de la Colección Pharma-ki es todo un símbolo para la Asociación Española de Farmacéuticos de Letras y Artes (AEFLA), porque rinde el justo homenaje a quién hizo posible la reunión de un grupo de profesionales entusiasmados por la creatividad y las diversas propuestas culturales.

Federico Muelas y, a su alrededor, un pequeño núcleo de boticarios pusieron en pie una Asociación que , como muy bien definía el añorado Juan Pedro Iturralde, tiene un singular carácter transversal al incorporar en sus filas todas las ramas y especialidades farmacéuticas. No corren buenos tiempos para el asociacionismpo pero reconforta ver que aquella semilla plantada por los fundadores de AEFLA en la década de los setenta del siglo XX, ha fructificado con cierta solidez y vitalidad: con distintos tonos, con diferentes volúmenes y con corrientes y estilos dispares, como corresponde a toda agrupación artística abierta y tolerante. La obra literaria de Muelas es ingente pero lo cierto es que Muelas era, sobre todo, poeta. Él se definía de esta manera sin dudarlo un instante y esta antología trata de recuperar y mantener vivo el recuerdo de una figura emblemática en la literatura farmacéutica. El libro cuenta además con la garantía de la selección efectuada por dos especialistas en la materia, Teodoro Rubio y Almudena González-Gascón.

Constituye una cierta obligación -y también un placer renovado- de los que asumen el testigo del relevo generacional en AEFLA reforzar la obra y el espíritu de quienes les precedieron en el tiempo y también en el desarrollo de actividades creativas en el seno de nuestra profesión. Por eso, Pharma-ki recupera en este ejemplar las mejores estrofas del fundador de la Asociación.

Federico Muelas, un hombre entregado siempre a los desafíos que se planteaba personalmente, que hizo posible lo que después se ha dado en llamar el milagro de AEFLA y que, con certeza, estará orgulloso del proyecto editorial que se viene llevando a cabo desde comienzos de este siglo.

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